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Suelo Radiante – Calefacción y Refrigeración Ecológica

Los sistemas de climatización por suelo radiante basan su funcionamiento en una red de tubería plástica que, instalada bajo el pavimento y de una capa de mortero, hace circular agua caliente –o fría- por toda la superficie, lo que provoca que el calor o el frío se irradie desde el suelo. En el caso de la calefacción, esto hace que la temperatura del aire a la altura de los pies sea algo superior a la temperatura del aire a la altura de la cabeza, mejorando la sensación de confort.

La instalación de un sistema de calefacción por suelo radiante conlleva numerosas ventajas aunque como todo, también algunos inconvenientes. Como siempre, a la hora de decantarnos por un tipo de instalación, deberemos sopesar las ventajas y los inconvenientes del suelo radiante para saber si es el sistema que mejor se adapta a nuestras necesidades de confort.

Ventajas del suelo radiante

Elevado Rendimiento

Gracias a que los circuitos que transportan el agua son muy delgados, de entre 6 y 10 mm, el caudal a mover es mínimo. La cantidad de energía necesaria para calentarlo o enfriarlo también lo será, y encima las temperaturas a las que opera son bajas (entre 30 y 45 grados), por eso es un sistema muy eficiente.

Bajo consumo

Como hemos comentado, los sistemas de suelo radiante funcionan con un circuito de agua a baja temperatura (30-45º) frente a los sistemas tradicionales que necesitan mayores temperaturas de impulsión (80-85º). Al tratarse de un sistema de baja temperatura, se consiguen grandes ahorros combinándolo con sistemas de generación de calor eficientes como la aerotermia, la geotermia, calderas de baja temperatura o condensación, y energía solar térmica. Por ello, el uso de suelo radiante consume entre un 10% y un 20% menos en relación a otros sistemas de calefacción convencional.

Uso de energías renovables

Al tratarse del sistema de calefacción que emplea la temperatura de impulsión de agua más baja (entre 30 y 45º) generalmente utiliza para su funcionamiento fuentes de energía renovables, como son la aerotermia o la geotermia a través de la bomba de calor o la energía solar térmica a través de sistemas híbridos. Esto lo convierte en uno de los sistemas de calefacción más respetuosos con el medio ambiente.

Deja el espacio libre de elementos calefactores

Al estar instalado el sistema bajo suelo o tras paredes y techos, nos olvidamos de colocar elementos en las paredes como radiadores o convectores. Tan sólo se deberá tener en cuenta la colocación de un armario para los colectores hidráulicos (similar a un armario de luces) en la pared. El espacio habitable queda de esta forma totalmente libre y despejado dejando total libertad para el diseño de interiores.

Opción de enfriamiento

A principios de los noventa apareció en el mercado la aplicación de sistemas de superficies radiantes como sistemas de enfriamiento, que consisten en hacer circular agua fría por las tuberías embutidas.

La posibilidad de usar la misma red de tuberías dentro del pavimento para calefacción y refrigeración radiante hace que este sistema de climatización sea cada vez más interesante en su selección.

Sensación de confort

La temperatura del aire cercano al suelo será ligeramente superior a la temperatura del aire a la altura de la cabeza. Y el calor se reparte de forma uniforme por toda la casa, y no se acumula en zonas puntuales como en los radiadores o en el techo en el caso de sistemas por aire. Al no producirse corrientes de aire se reduce el polvo, no produce sequedad y la baja humedad consigue evitar la aparición de ácaros.

Inconvenientes del suelo radiante

Sin embargo, como en todos los sistemas, también existen una serie de inconvenientes a tener en cuenta.

Precio del suelo radiante

La instalación de un sistema de suelo radiante suele requerir una inversión económica superior a la que requieren otros sistemas, aunque el objetivo debe ser el de amortizar dicha inversión en un plazo razonable.

El precio medio del suelo radiante por m2 puede estar en los 50 euros/m2, sin incluir el precio del mortero. En la instalación de suelo radiante en una vivienda de unos 100 metros cuadrados el precio puede quedar entorno a 6.000 y 7.000 €.

Sistema de alta inercia

Son sistemas que presentan una elevada inercia térmica ya que se trata de calentar o enfriar la masa que se encuentra sobre la superficie, por lo que su aplicación es conveniente en aquellos espacios en los que su utilización se haga de forma continuada. Además, este sistema no se adapta bien a los cambios bruscos de temperatura exterior debido al tiempo que tarda en calentarse y/o enfriarse toda la instalación. Esta característica que puede ser una ventaja para lugares de uso continuo, supone una desventaja para lugares en los que se prevé apagar y encender la caldera todos los días.

La instalación requiere de gran conocimiento técnico

Este tipo de instalación conlleva cierta complejidad técnica, no tanto en su instalación sino en su mantenimiento. Por tanto, la instalación y mantenimiento del suelo radiante deben ser realizados por personal muy cualificado. En refrescamiento la instalación requiere de más atención, si cabe, ya que el factor humedad debe estar perfectamente controlado, para evitar problemas de condensación.

Suelo refrescante, mejor en zonas de humedad baja

En aplicaciones de suelo radiante refrescante, una de las pegas que puede tener es la condensación. Este tipo de instalaciones son más adecuadas en zonas geográficas en las que la humedad del aire sea baja, bien por las condiciones ambientales de la situación geográfica del edificio, bien porque la carga latente de los locales sea pequeña. De esta forma se evita la condensación en aquellos momentos en que el sistema necesite alcanzar temperaturas lo suficientemente bajas como para disipar las cargas térmicas del local.

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Suelo Radiante Refrescante

La calefacción por suelos radiantes se viene empleando desde la antigüedad. En un inicio, consistía en canalizar los humos de la combustión bajo el suelo con el fin de elevar su temperatura y aportar calor al local. Posteriormente, ya a mediados del siglo pasado, comenzaron a emplearse nuevas instalaciones que se basaban en el transporte de agua caliente por el interior de una serie de tubos embebidos en el suelo de la vivienda.

Este tipo de instalación se vio acompañada de innumerables problemas debidos a la corrosión de los tubos de metal y a los insuficiente nivele de aislamiento de las viviendas.

En la actualidad, el desarrollo de los materiales plásticos para la conducción de agua, la mejora de los niveles de aislamiento y la posibilidad de regular correctamente las instalaciones permite a los usuarios disfrutar de unos niveles de confort muy superiores mediante la climatización por suelo radiante/refrescante.

Funcionamiento del suelo radiante refrescante

La calefacción por suelo radiante consiste básicamente en la emisión de calor por parte del agua que circula por tubos embebidos en la losa de hormigón que constituye el suelo. De esta forma conseguimos una gran superficie a como elemento emisor de calor. En los meses fríos, a una temperatura en torno a los 35-40ºC, el agua recorre los tubos que cubren el suelo y aporta el calor necesario para calefactar la vivienda.

Existe asimismo la interesante posibilidad de emplear este tipo de instalación para una climatización integral, proporcionando calefacción en invierno y refrescamiento en verano. De este modo en los meses cálidos haremos circular agua en torno a 15ºC por la instalación, que absorberá el exceso de calor del local y proporcionará una agradable sensación de frescor.

Componentes de la instalación

Una instalación de climatización por suelo radiante/refrescante se compone del generador, los elementos necesarios para la distribución del fluido y la regulación.

Generadores

Los sistemas de suelo radiante/refrescante optimizan la utilización de generadores de la máxima eficiencia energética, con lo que se disminuye el consumo, se reduciendo la emisión de contaminantes a la atmósfera y se respeta el medio ambiente. El empleo de calderas de condensación es una aplicación idónea, puesto que al trabajar a baja temperatura optimiza su rendimiento. La integración de enfriadoras de agua reversibles o captadores solares térmicos aporta soluciones para una climatización integral.

Distribución

La distribución del fluido portador a los circuitos se efectúa mediante colectores de ida y retorno a los que se conectan los circuitos.

El conjunto colector incorpora una serie de elementos:

  • Purgadores para extraer el aire contenido en la red de tuberías que dificulta la circulación del agua y disminuye la transmisión de calor.
  • Válvulas de llenado y vaciado.
  • Válvulas manuales en el colector de ida que permiten abrir o cerrar el paso de agua a los circuitos en función de la temperatura alcanzada en el local, con la posibilidad de automatización mediante un termostato ambiente.
  • Reguladores de caudal que permiten fijar el caudal adecuado en cada circuito.
  • Termómetros, tanto en la ida como en el retorno, para comprobación visual de las temperaturas del sistema

En la figura de al lado vemos la disposición de los componentes del elemento emisor.

La capa de aislamiento sobre el forjado evita que el calor desprendido por los tubos se transmita hacia la planta inferior.

La banda de zócalo perimetral que debe situarse a lo largo de las paredes permite el movimiento de la placa y evita las pérdidas de calor en el perímetro del local.

Tubo

El tubo es el elemento principal. Es el encargado de transportar el agua a través de la instalación y de transmitir el calor. Entre los materiales plásticos empleados en canalizaciones el polibutileno (PB) es el termoplástico que mejor se adapta al diseño y ejecución de las instalaciones de suelo radiante gracias a su flexibilidad y comportamiento a largo plazo. En comparación con otros materiales plásticos el PB presenta un reducido módulo de elasticidad que permite una mayor facilidad de instalación del material así como una menor dilatación térmica que genera unas tensiones tan reducidas que son perfectamente absorbidas por el material.

Por otra parte, y en concordancia con la norma EN 1264, se recomienda el empleo de tubos con capa de barrera de oxígeno. De este modo se reduce el aporte de oxígeno al agua, lo que protege de la corrosión a los componentes metálicos de la instalación.

La distribución del tubo puede ser en serpentín o espiral, siendo esta última disposición la recomendada ya que permite una mayor uniformidad en la distribución del calor así como una mejor homogeneidad de temperaturas.

Recubrimiento del suelo

La placa de mortero rodea a los tubos y almacena y transmite el calor cedido por el agua que circula a través de los mismos. El espesor mínimo de esta capa por encima de los tubos, según indicación de la norma EN 1264 y por razones de ejecución, debe ser de 30mm como mínimo. Es habitual el empleo de aditivos que fluidifican el hormigón, lo que permite un perfecto recubrimiento de los tubos y evita posibles bolsas de aire que perjudicarían la transmisión de calor.

Los sistemas de climatización por suelo radiante permiten el empleo de cualquier tipo de pavimento, sin embargo, y como es lógico, su comportamiento ante la transmisión de calor diferirá en relación a los diferentes coeficientes de conductividad térmica.

La regulación de la instalación

Los elementos de regulación de la instalación constituyen una parte muy importante de la misma, puesto que los parámetros para el óptimo funcionamiento de la instalación deben adecuarse tanto desde el punto de vista del confort como del ahorro energético.

En primer lugar la regulación de la temperatura de impulsión permitirá que ésta varíe considerando la influencia de los siguientes parámetros:

  • Temperatura exterior
  • Temperatura ambiente interior
  • Temperatura superficial
  • Temperatura de rocío interior para evitar el riesgo de condensaciones

La regulación de la temperatura de impulsión en función de la temperatura exterior permite obtener una respuesta del sistema más ágil ante variaciones en la temperatura exterior. Debe tenerse en cuenta que la inercia de la instalación es importante ya que tenemos que calentar la losa de hormigón para que esta a su vez emita el calor a través de su superficie. Por tanto, la velocidad de respuesta de la instalación es completamente diferente a la que podríamos esperar de una instalación, por ejemplo, de radiadores.

Existe la posibilidad de modificar la temperatura de impulsión a la instalación en función de la temperatura ambiente alcanzada en el local. A modo de ejemplo, en periodo de calefacción la temperatura de impulsión se irá reduciendo a medida que la temperatura registrada en la habitación se aproxime al valor fijado como de confort.

La existencia de una sonda de temperatura superficial, generalmente ubicada sobre la losa de mortero y bajo el recubrimiento final del suelo, permite limitar la temperatura superficial tanto en periodo de calefacción como en refrescamiento. El valor límite para la temperatura superficial se establece en 29ºC en periodo de calefacción y en 19 ºC en periodo de refrescamiento.

En periodo de refrescamiento es necesario controlar las condiciones higrométricas, temperatura y humedad relativa ambiente, de forma que la temperatura superficial no descienda por debajo de la temperatura de rocío y evitando de este modo la formación de condensaciones. En estas condiciones la temperatura mínima del suelo queda condicionada por la temperatura de rocío.

Por otra parte, la regulación de temperatura ambiente permite diferenciar distintas zonas de temperatura en la vivienda, controlando, desde termostatos ubicados en cada uno de los locales, la apertura o cierre de los circuitos en función de la temperatura alcanzada.

Ventajas del suelo radiante

La climatización por suelo radiante ofrece unas condiciones de máximo confort, y ello se debe a los siguientes factores:

  • Hay una distribución uniforme de temperaturas con lo que se eliminan las zonas excesivamente frías o calientes y se genera una emisión o absorción de calor muy uniforme en todo el local.
  • Se eliminan las corrientes de aire, motivo de gran nivel de disconfort.
  • Se dispone de un ambiente muy saludable al eliminarse las corrientes de aire que remueven el polvo y causan problemas entre las personas alérgicas, asmáticas, etc.

La superficie del suelo pasa a ser el elemento emisor, con lo que se evitan los problemas suelen originar otro tipo de elementos emisores en lo que a decoración se refiere.

Es la instalación ideal en locales con techos elevados puesto que se mantienen las condiciones de confort en la zona de ocupación.

Se reduce el coste energético de la instalación, ya que permite trabajar con temperaturas inferiores en calefacción y superiores en refrescamiento con grado de confort equivalente.

Es una instalación silenciosa, debido a la ausencia de radiadores y a las características propias de la tubería de polibutileno.

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